Recordar es volver a pasar por el corazón, con todo su dolor, su infancia, su dulzura y su muerte. Algo que ha pasado es algo que no vuelve por mucha reflexión que uno le ponga. Esta peculiar manifestación artística es el resultado de una cordial reflexión. Es un prisma traspasado por la historia de alguien que se mira dentro y ve dos.
Cualquier relación de hermandad tiene un filo de continuidad y uno de corte. El filo entre dos gemelos es una harpía bestial dedicada a hurgar en las entrañas, que alimenta a la persona con la herida desgajada de su propio doble. Proporciona una cierta manera de vivir, y por lo tanto de mirar, diferente a la del resto de los hombres que no participan de esta condición. La comunicación artística nos permite acercarnos de puntillas, tocar, palpar, nadar, y si nos atrevemos, bucear en esta atmósfera linfática y salobre, luminosa y hermética, nutricia y letal.
Julio Castelló. Catálogo exposición Estelas de la memoria, Jaime Sánchez, 1990, Galería Término