La serie Blanca surge de mi interés por la tridimensionalidad y de mi gusto por la materia. Quería partir de lo plano e ir creando una perspectiva real por la superposición de materiales ensamblados de forma dispar, de manera que constituyeran un caos compositivo. El color blanco da una unidad de la obra que le confiere un sentido místico-poético que se contrapone al desorden compositivo, estableciendo una cierta estabilidad dramatizada. La tridimensionalidad es una metáfora de la existencia, la acumulación de vidas anónimas que se superponen al caer como las hojas de los árboles.